Protagonistas con ojos rasgados, un idioma extraño, asiático, ropas exóticas, y canciones románticas. Tramas movidas, originales, que siempre logran mantener al público en intriga, debatiéndose entre alegrías y tristezas. Contrario a lo que venimos consumiendo en Latinoamérica en los últimos años, la telenovela deja de ser acerca de intrigas, relaciones sexuales, infidelidades, engaños, y embarazos engañosos. Los personajes aunque pueden sufrir algunas calamidades, no suelen perder la memoria, o quedar ciegos. Japón y Corea del Sur, están exportando telenovelas, y Latinoamérica las está importando al mayor.
Desde los años 90 Corea ya había comenzado a producir algún material dramático que logró tener un impacto en otros países asiáticos. Pero no es sino en 2002 cuando la cadena surcoreana KBS estrenó Sonata de invierno, que se comenzó a propagar un movimiento cultural novedoso por Asia y más allá. O podríamos decir más acá. Porque el continente Americano no ha escapado de la llamada ola coreana o Hallyu.
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Fotos del portal Wikidrama |
Comenzó entonces la masiva producción de doramas, terminología única utilizada para estas series coreanas, que han ido evolucionando en la última década. Después de que durante años la cultura de Corea del Sur viviese doblegada ante los mangas japoneses. Irónicamente el éxito de las producciones surcoreanas surge a partir de la crisis asiática que no dejó de golpear a ese país a finales del siglo XX. La escases de recursos monetarios llevó a la industria cultural de Corea del Sur a producir cosas más comerciales y de menos presupuesto. La aceptación fue inmediata.
La globalización a la que se abría la República de Corea a finales de siglo fue, quizás, factor determinante para propagar más allá de sus fronteras su industria cultural. Después de superar largos períodos de dominación represiva y dictatorial una nueva era de consumo y liberación condujo a nuevas formas de creatividad.
El 1,2,3 del éxito de los doramas
Los doramas han tenido un éxito avasallante en Corea del Sur, expandiéndose a otros países asiáticos, y más recientemente a Latinoamérica. En una suerte de receta podríamos decir que dicha conquista ha sido resultado de la mezcla de los siguientes ingredientes:
Llorar y reír, una combinación perfecta: la mayoría de las series que se han producido en el Hallyu hay una simple combinación entre el drama y la comedia, que hace que los espectadores mantengan su interés sin cansarse de sufrir, o de reír. Las situaciones que se desarrollan en los doramas no son los que típicamente vemos en las novelas latinas. Aunque a veces se mantienen problemas entre clases sociales. Hay drama en grandes cantidades, pero los guiones y un aire cómico siempre da el equilibrio para lograr mantener al público allí.
Boys Before Flower
El romance no es igual a sexo: El tema sexual explícito es quizás la mayor diferencia entre lo que acostumbramos a ver en nuestras telenovelas, y las series coreanas. No es que haya pocas escenas sexuales, es que no las hay en absoluto. Por el contrario, después de reír y llorar por 8, 10, o hasta 16 capítulos puede que veas algún beso entre los protagonistas. Pero lejos de ser esto decepcionante, por la misma espera se convierte en un momento de emoción. Según Sarah Terán, una chica de 19 años seguidora de los doramas, “cuando llegan los besos repito una y otra vez la escena. Me emociono tanto como si el beso fuese mío”. A pesar de que Corea del Sur ha vivido bajo la influencia del liberalismo occidental, conserva valores morales muy arraigados. Por lo que hacer del tema sexual algo público y explotarlo, puede no sólo ser poco estético sino hasta inmoral.
Corea sin miedo: Otro de los ingredientes que ha impreso un sello en sus producciones es el ser Corea, contar su historia a través de los doramas. Muchos de los más exitosos ha sido historias de época, que cuentan de la vida típica coreana en las diferentes dinastías. Hay historias de reyes, chamanes, doctores reales, damas de la corte, guerreros, etc.
De igual manera, Corea decide mantener sus costumbres más arraigadas y muestra en sus doramas sus hábitos al comer, al honrar a sus fallecidos, así como sus templos, vestimentas y regiones más tradicionales.
No podemos pasar por alto, aunque pueda ser un dato superficial, la increíble importancia que dan a su vestimenta y apariencia física. Cosa que también podemos ver en nuestros países latinos. Lo extraño para nosotros, es que en el caso de los doramas, la mayoría de las veces son los hombres los más dedicados a la hora de arreglarse. Esto sumado a increíbles gestos de caballerosidad, protección y fidelidad han sumado más y más fans alrededor del mundo. “Todas las que vemos doramas queremos ir a Corea y encontrar nuestro oppa”. (http://dozzti.wordpress.com/2011/10/05/glosario-oppa-%EC%98%A4%EB%B9%A0/) Dice Claudia, una estudiante del idioma coreano en la Academia Coreana Venezolana, refiriéndose a un novio coreano.
Finalmente, después de documentarnos con algunos estudios del Hallyu, encontramos que la revista La Primera (Perú), señala como una del as claves del éxito de los doramas la exposición de temas familiares. Frecuentemente se muestra a la familia de clase media que trabaja duro, que es un tema con el que muchos pueden sentir afinidad.
Yo no veo novelas, veo doramas
Venezuela
no se está quedando atrás con la dorama-manía. En los últimos años ha estado
creciendo un silencioso pero cada vez más numeroso grupo de seguidoras de los
Kdormas. El canal La Tele comenzó a transmitir en el 2007 sus primeras
series coreanas, Sonata de Invierno y Una Joya en el Palacio. Piezas que ha
retransmitido en muchas ocasiones. Después de ver la aceptación de las series
en el público venezolanos, comenzaron a transmitir más doramas: Perfume de
Verano, Vasl de Primavera, Otoño en mi Corazon, Todo sobre Eva, Manny, entre
otros. Ya para su programación 2013 se
incluyeron varios doramas. Más tarde TVes comenzó a retransmitir algunas de
estas series.
Este año se han realizado varios
festivales interculturales que se relacionan directamente con el Kpop y el
Hallyu. El último se llevó a cabo en el
Aula Magna de la UCV y reunió cerca de
2.000 seguidoras de los doramas. Cada vez es más evidente que están dejando de
seguir la programación dramática nacional, para sumarse a la oleada coreana. LaEmbajada de Corea en Venezuela
ha abierto su espacio en Facebook que ya cuenta con más de 5000 seguidores, la
mayoría se han acercado a ese espacio para compartir sus gustos por el Hallyu.
Hay un interés creciente por
entender la cultura surcoreana, tanto que la Academia Coreana Venezolana, ha
convertido la iglesia en donde se reúne la comunidad coreana en un instituto
para enseñar el idioma. Mari Durán, estudiante de la ACV viaja cada sábado
desde San Felipe Edo. Yaracuy para recibir clases de coreano. La mayoría de los
estudiantes son chicas, entre los 16 y los 30 años, y casi todas llegan a la academia por los
doramas.
Vemos pues, cómo el éxito de los
dramáticos coreanos va en ascendencia en nuestro país, por no hablar de vecinos
como Perú, que ya tienen trayectoria más larga siguiendo el Kpop y los doramas.
Venezuela podría estar ante una nueva influencia cultural que definitivamente
ponga en jaque a los productores, redactores y guionistas de telenovelas
venezolanos, por lo que deben repensar la manera en que están creando
telenovelas.